Costó. España sufrió más de la cuenta para imponerse a la República Checa en Granada el pasado viernes. Fue superior, mucho, pero no fue capaz de plasmarlo en el marcador ya fuese por nuestro propio desatino o por el acierto de un inspiradísimo Petr Cech.
El partido comenzó según los cauces previstos: una España dominante con un Iniesta sublime y una República Checa con un repliegue intensivo esperando agazapada su opción al contraataque. Llegados a este punto hay que reconocer el primer error de Del Bosque. Entiendo que dado el mal momento de Torres (aunque aportó mucho más de lo que parece) lo deje en el banquillo, pero no entiendo la aparición de Navas en su lugar. Creo, sinceramente, que Cazorla o Silva están y son mejores que el sevillano. Sólo entendería la entrada de Navas si ello conllevara la de Fernando Llorente. Con el navarro el juego de Navas (recortar y salir hacia fuera para centrar) cobra más sentido que teniendo a Villa de 9. Con Silva o Cazorla (sobre todo el asturiano) hubiéramos sido más imprevisibles y se hubiese dificultado mucho la labor a la defensa checa.
El segundo error del mister viene dado por el doble ancla que impone en nuestro centro del campo partido tras partido. Colocando dos pivotes por detrás de Xavi Hernández metemos a éste directamente en una jaula de tigres, rodeado siempre por tres jugadores contrarios en cuanto recibe el balón. Si invertimos la posición de ese triángulo y colocamos sólo un pivote con dos creadores, tendremos más el balón y dos posibles salidas que harán que nuestros cerebros tengan más libertad y tiempo para ejecutar y no se pasen el partido desaparecidos o devolviendo el balón de cara a la primera. A este cambió ayudo Xabi Alonso con esa estúpida tarjeta que se buscó. Nadie niega que Xabi es un buen jugador, pero, de verdad, creo que es un quiero y no puedo: no vale para manejar él a un equipo porque no es lo suficientemente creador y no vale para ser el ancla puesto que no recupera lo suficiente. Por ello, su salida del campo y el medio resultante con Busquets (que si vale para comerse la parcela defensiva el solito) con Xavi e Iniesta por delante nos hicieron arrinconar a los checos más aún.
Lo demás se vio, España comenzó a ser imprevisible, comenzaron a asociarse los jugones y fruto de ello vino el primero tras la combinación Iniesta - Villa, que se convirtión en el pichichi nacional de la historia y lo culminó con un segundo tanto tras anotar un penalti cometido sobre el manchego más internacional de la historia (aún más que Don Quijote). Mucho fue lo que paró Cech, muy bien lo que defendieron los checos, que defensivamente estuvieron casi perfectos y con una gran concentración, pero España era mejor y el resultado hizo justicia a lo que se vio en el campo, con un equipo que jugó y otro que sólo quiso defender y se encontró con un gol de la nada en el que Casillas quizá pudo hacer algo más (un poco mal colocado estaba en el tiro, desde su casa, de Plasil).
En breve nos espera Lituania para sellar la clasificación a la Euro 2012 mientras yo me sigo preguntando por qué Iniesta no obtuvo el balón de oro.
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