Monotonía y palabrería

    Terminó, a falta del Villarreal - Zaragoza, la 32ª jornada de la Liga BBVA dejándonos una serie de conclusiones definidas.

    Partiendo desde la parte más baja de la tabla vemos que hay hasta once equipos involucrados en la lucha por la permanencia. Desde el Mallorca (10º con 39) cualquiera puede verse metido en el pozo si pierde un par de partidos seguidos. Indudablemente el Almería tiene muchas más opciones que nadie para verse el próximo curso en la Liga Adelante porque los siete puntos que tiene de diferencia con el Málaga parecen insalvables a falta de dieciocho por disputarse. Los demás equipos están en un pañuelo, aunque parece que muy mal tiene que dársele a Racing, Getafe, Mallorca, Sporting, Real Sociedad y Deportivo ya que se encuentran a poco más de una victoria de confirmar sus objetivos.

    Un poquito más arriba se abre la opción de la disputa de la antigua UEFA. Athletic, Sevilla y Atlético ocupan a día de hoy esas tres plazas pero nadie puede olvidarse del Espanyol, que está pegado a ellos, ni del sorprendente Levante, que les tiene a cuatro. No me cansaré de rendirme ante el temporadón de Luis García Plaza.

    Terminando con la clasificación, las cuatro primeras posiciones también parecen fijas. El Villarreal será cuarto y jugará la previa de la Champions perdiendo, salvo milagro, su batalla particular con un Valencia que parece que ha puesto la directa. Los dos primeros lugares serán para Barcelona y Real Madrid tras el empate con que terminaron en su enfrentamiento de esta jornada.

    Hablando del Madrid - Barça, del primero de los cuatro, cabe decir que el partido a mí me defraudó muchísimo. Si ese partido lo disputan el Almería y el Osasuna muchos dirían que con razón luchan por la permanencia. El Madrid salió con una idea clara: no dejar jugar al Barcelona. Lo hizo metiendo a Pepe por segundo partido como medio centro acompañado por otros dos pivotes. Con el portugues ahí el Madrid es un equipo más compacto y agresivo que aprovecha plenamente las virtudes para lo que está diseñado. El juego de los blancos fue tan sencillo como recuperar en campo propio y lanzar largo para que Di María o Cristiano explotaran su velocidad. Válido aunque feo.

    El Barcelona, por su parte, intentó jugar a lo de siempre pero más tranquilo que de costumbre. Las contras del Madrid le generaban cierto respeto pero ser veía tranquilo sabedor de que teniendo tú el balón el rival no te hace gol. Y así se llegó al descanso, con una ocasión muy clara del Real Madrid a balón parado (todo su peligro fue así) y alguna buena aproximación del Barcelona, incluyendo un posible penalti de Casillas a Villa que sigo sin ver tan claro (al igual que no lo vi una semana antes contra el Almería).

    Tras el descanso se desató la caja de los truenos con la expulsión, clarísima, en el minuto 7, de Albiol por agarrar claramente a Villa dentro del área. El penalti lo anotó Messi poniendo el 0-1. A partir de ahí el Madrid tiró de casta, nadie lo pone en duda, aunque para mi gusto ver al Real jugando a colgar balones desde su campo me parece un poco triste. Creo que con la calidad de sus hombres pueden y deben jugar a otras cosas aún estando con 10. En ese tramo de partido el Barça pudo matar pero una vez el palo, otras el acierto de Iker y otras el desatino de Villa hicieron que el Madrid siguiera vivo y, además, resurgiendo tras la entrada de Ozil. El Barcelona se equivocó y entró en la guerra y el intercambio de golpes que proponía el Madrid, que consiguió, tras un dudoso penalti de Alves a Marcelo, el tanto del empate. De ahí al final todo fue un intercambio infructifero de golpes.

Lo mejor

Absolutamente nada, tanto esperar un partido para que cause esta decepción no puede contener nada bueno.

Lo peor

Sin duda alguna el balonazo de Messi a la grada y que ni siquiera se haya molestado en pedir disculpas me parece fuera de lugar. Ha pasado, para mí, a engrosar la lista de grandes futbolistas que no merecen ser idolatrados.

Junto a esto, el discurso victimista del Madrid. Si juegas agresivo y duro has de asumir el riesgo de recibir expulsiones en cada partido. Además ver como Arbeloa se jacta de que han conseguido "frenar" al Barcelona siendo "defensivos" me parece que no está a la altura del que se supone que es el mejor club de la historia.