domingo, 26 de febrero de 2012

Lo que mal empieza

    Otra vez delante de la pantalla, dispuesto a seguir hablando de fútbol, de aquello a lo que dedico más de 40 horas todas las semanas y que en parte es el causante de que actualice esto tan de tarde en tarde. Querer ser entrenador me ha hecho 'abandonar' un poco este espacio, pero es que entre exámenes, clases, trabajo y el afán por sacar dos años en uno (y si hay posibilidad, los tres) hace que el tiempo sea muy limitado. Porque además está el club al que entreno y donde ahora mismo parece que todo va bien. 47 puntos en 22 jornadas son una cifra para hacer pensar que nos estamos paseando, pero nada más lejos de la realidad, el 'Inter' está teniendo que pelear hasta el minuto 90 (o 100) cada partido y el objetivo de ascender sigue tremendamente complicado a falta de 10 jornadas, ya que sólo sacamos 5 puntos al cuarto clasificado. Eso sí, la experiencia es increible y lo que estoy aprendiendo no tiene precio.

    Respecto a aquello de lo que hablábamos en este blog, el avance de la temporada ha dejado muchas cosas claras. La primera de ellas que hay que ser fiel a lo que te funciona y no moverlo, y esto va por el Barcelona. Guardiola y su Barça han rozado la excelencia futbolística durante años. Su 1-4-3-3 (que no es un 1-4-3-3 cualquiera) parecía inderrotable incluso para un depredador de títulos como Mourinho, que contaba con los mejores medios pero ni así conseguía acercarse demasiado. Pero la llegada de Cesc (y mucha gente me criticará por ello) ha modificado un equipo. El por qué lo tengo en duda. Puede ser por las molestias de Villa o las lesiones en el inicio de Alexis, pero parece que el afán de Pep por meter sí o sí a Fábregas ha hecho modificar su sistema y jugar el 1-4-6-0 del que tanto se habla. Siguen teniendo el balón. Siguen jugando como ángeles. Pero no meten tanto miedo a las defensas rivales porque no hay nadie cerca de ellas. Justo lo contrario a lo que ocurría con Zlatan o Eto'o.

    Y curiosamente cuando se olvida del 1-4-6-0 y vuelve a sus orígenes, vuelve a ser temible. Debe ser el síndrome del entrenador, ese que nos hace pensar en cosas raras y que nadie entiende muy bien.

    Por su parte el Real Madrid ha aprovechado la oportunidad para tener la liga al alcance de la mano. Sin brillo. Sin demasiado espectáculo, o al menos con menor vistosidad de la que podría tener, ha puesto de por medio 10 puntos. La liga será blanca salvo catástrofe y Mou conseguirá el grand slam que tanto ansiaba. Además han recuperado (por fin) a Benzemá y seguimos con las ganas de ver a Sahin. El Madrid, con o sin Mourinho, tiene plantilla para éxitos durante años.

    Por debajo de ellos, justo donde comienzan los mortales, está el Valencia. Año tras año tercero lo de Emery no tiene palabras para describirlo. Le han quitado a Villa, Mata, Albiol, Silva... y en su lugar le han puesto recambios de un recién descendido. Y ahí sigue, siempre a buen nivel, siempre regular. Chapeau.

    Del resto poco diré para no extenderme hoy demasiado. Todo muy parejo, tanto en la pelea por Europa como en la de escapar del abismo. La segunda parece que poco a poco se clarifica un poquito más y lamentablemente parece que Racing y Sporting van a acompañar al Zaragoza a la Liga Adelante. Ninguno lo tiene asegurado. Pero si lo tienen complicado los norteños, de los maños ni lo nombramos. Cántabros y asturianos lo tienen muy difícil. Necesitan ganar entre 6 y 8 partidos de los 13 que quedan, Mal asunto cuando en 25 jornadas han ganado 4 y 5 respectivamente.

    En el Racing, nadie entiende nada. Pero sobre todo la afición, que ve como seguimos abajo y sin ganas de salir. Lanzo una pregunta. Los fichajes de invierno (Gullón y Babacar) ¿para qué?

    
     


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