Llega, como cada semana, el momento que todos los locos del fútbol esperamos con ganas desde que termina el domingo de la semana anterior. Más allá de disfrutar planificando y viendo entrenamientos nos apasiona la cercanía del fin de semana. Ese aroma de expectación. Esa ansiedad positiva debida al enfrentamiento de tus equipos en una lucha por ser mejor y más efectivo con el balón. Ese sufrimiento cuando no salen las cosas como esperas o como quisieras. El fin de semana es para todos los futboleros como una isla paradisiaca en la que tienes todo aquello con lo que sueñas.
En mi caso concreto se presenta apasionante. Mucho más que otros. Además de aguardar expectante el partido del Racing con el debut de Álvaro Cervera en el banquillo, el Internacional F.C., equipo al que entreno, disputa uno de los partidos más claves de la temporada. Ganar al Iguña nos haría dar un paso enorme en busca del ascenso con el que llevamos soñando meses. Sería un éxito para un club que cuenta con poco más de nueve meses de existencia.
Pero volvamos al Racing, que seguro que os interesa y preocupa mucho más que el Internacional. Nuevo entrenador. Ilusiones renovadas en la afición y esperemos que también en los jugadores. Pero lo más importante, se ha salido del estado de derrotismo en el que club, afición y ciudad estaban sumidos. Poco ha hecho falta para cambiar el chip. Ahora sólo necesitamos ver que el equipo realmente lo asimila y que no es demasiado tarde para nosotros. Veremos si el cambio anímico es suficiente para salvarnos y mantenernos en primera.
Ante el Racing estará el Barcelona. Ese equipo que ha ganado este miércoles por 7-1 su partido de Champions League ante un equipo alemán. También es el equipo que, tras tres títulos de liga consecutivos y múltiples a nivel internacional e individual, parece que se está dejando llevar en la liga tras verse a 10 puntos de su máximo rival. El Barcelona de la liga no es el de la Champions y se demuestra en la intensidad y claridad con la que disputan los partidos. Alguien dijo una vez que el fútbol era un estado de ánimo. Pues bien, el Barça es un equipo desanimado en liga y el Racing debe de demostrar lo que se juega y, sobre todo, dar a su afición esperanza para esta recta final. No me cabe duda de que veremos un Sardinero más verdiblanco que nunca. Así, al menos debería ser.
Nuestros rivales directos no lo tienen fácil tampoco ¿por qué no vamos a ser capaces de recortar puntos? El Betis juega ante el Real Madrid, el Granada en el Calderón, Mallorca y Sporting ante aspirantes a Champions que no pueden fallar y Villarreal y Getafe se enfrentan directamente en un duelo que, la verdad, no sé que resultado preferir.
Así que desde aquí, y para cerrar esta 'actualización express', sólo me queda desear suerte al Racing y a todos los que de algún modo toméis parte de este deporte durante el fin de semana.
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